¡Qué hondamente estás tú,
qué hondamente, viviendo
en esa interna vida
siempre pasión, del sueño!
qué hondamente, viviendo
en esa interna vida
siempre pasión, del sueño!
Llama, fuego divino,
corazón, llama, fuego...
¡oh secreta mirada
de corazón secreto!
Alto en mi noche quemas,
brillas, luces; sereno
fuego que me consumes
y me iluminas: ¡fuego!
Ah tus ojos, tus ojos,
oh cima del misterio;
llamas, luces, estrellas;
¡oh: fuego, fuego, fuego!
3 de febrero de 1945
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