¡Qué hondamente estás tú (Bartolomé Lloréns)


¡Qué hondamente estás tú,
qué hondamente, viviendo
en esa interna vida 
siempre pasión, del sueño! 


Llama, fuego divino, 
corazón, llama, fuego... 
¡oh secreta mirada 
de corazón secreto! 

Alto en mi noche quemas, 
brillas, luces; sereno 
fuego que me consumes 
y me iluminas: ¡fuego! 

Ah tus ojos, tus ojos, 
oh cima del misterio; 
llamas, luces, estrellas; 
¡oh: fuego, fuego, fuego! 

3 de febrero de 1945


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