Los sueños


El hada más hermosa ha sonreído
al ver la lumbre de una estrella pálida,
que en hilo suave, blanco y silencioso
se enrosca al huso de su rubia hermana.

Y vuelve a sonreír porque en su rueca
el hilo de los campos se enmaraña.
Tras la tenue cortina de la alcoba
está el jardín envuelto en luz dorada.

La cuna, casi en sombra. El niño duerme.
Dos hadas laboriosas lo acompañan,
hilando de los sueños los sutiles
copos en ruecas de marfil y plata.

Antonio Machado

Yo amo a Jesús que nos dijo

Yo amo a Jesús que nos dijo:
cielo y tierra pasarán.
Cuando cielo y tierra pasen
mi palabra quedará.
¿Cuál fue Jesús tu palabra?
¿Amor?, ¿perdón?, ¿caridad?
Todas tus palabras fueron
una palabra: Velad.
Como no sabéis la hora
En que os han de despertar,
os despertarán dormidos
si no veláis; despertad.
Antonio Machado

Ser y estar

Miras, pero no ves.
Hablas, pero no dices.
Oyes, pero no escuchas.
Sientes, pero no amas.

Ansías, pero no consigues.
Trabajas, pero no rindes.
Andas, pero no avanzas.
Corres, pero no llegas.

Ríes, pero no gozas.
Lloras, pero no sufres.
Vives, pero estás.
Estás, pero no eres.

Eduardo Bueno

Da mi basia mille

Dame, amor, besos sin cuento,
asida de mis cabellos,
y mil y ciento tras ellos,
y tras ellos mil y ciento,
y después
de muchos millares, tres;
y porque nadie lo sienta,
desbaratemos la cuenta
y contemos al revés. .
Cristóbal de Castillejo

Poema Copla

En dos prisiones estó
que me atormentan aquí:
la una me tiene a mí,
y a la otra la tengo yo.

Y aunque de la una pueda,
que me tiene, libertarme,
de la otra que me queda
jamás espero soltarme.
Ya no espero, triste, no,
verme libre cual nací,
que aunque me suelten a mí,
no puedo soltarme yo.
Garci Sánchez de Badajoz

Égloga III (fragmento) Garcilaso de la Vega

Con tanta mansedumbre el cristalino
Tajo en aquella parte caminaba
que pudieron los ojos el camino
determinar apenas que llevaba.
Peinando sus cabellos d’oro fino,
una ninfa del agua do moraba
la cabeza sacó, y el prado ameno
vido de flores y de sombra lleno.
Garcilaso de la Vega

¿Por qué te entregas tan pronto?

¿Por qué te entregas tan pronto?
( ¡Nostalgia de resistencias
y de porfías robadas! )
Lo que era noche es de día
bruscamente, cual si a Dios,
autor de luz y tiniebla,
se le olvidara el crepúsculo
de las dulces rendiciones.
Cierro brazos, tú los abres.
Huyo. Y me esperas allí
en ese refugio mismo
donde de ti me escondía.
¡Facilidad, mala novia!
¡Pero me quería tanto...!

Pedro Salinas