CAPÍTULO XLIII
Donde se cuenta la agradable historia del mozo de mulas,
con otros extraños acaecimientos en la venta sucedidos
Marinero soy de amor
y en su piélago profundo
y en su piélago profundo
navego sin esperanza
de llegar a puerto alguno.
Siguiendo voy a una estrella
que desde lejos descubro,
más bella y resplandeciente
que cuantas vio Palinuro.
más bella y resplandeciente
que cuantas vio Palinuro.
Yo no sé adónde me guía
y, así, navego confuso,
el alma a mirarla atenta,
cuidadosa y con descuido.
Recatos impertinentes,
honestidad contra el uso,
son nubes que me la encubren
cuando más verla procuro.
honestidad contra el uso,
son nubes que me la encubren
cuando más verla procuro.
¡Oh clara y luciente estrella
en cuya lumbre me apuro!
Al punto que te me encubras,
será de mi muerte el punto.
en cuya lumbre me apuro!
Al punto que te me encubras,
será de mi muerte el punto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario