LA MADRE
4. Concentración madura
Las madres saben los instantes en los que el misterio humano
despierta un reflejo de la luz en sus pupilas,
que parece tocar el corazón con la mirada apenas.
Sé de estas lucecitas que pasaron
sin despertar ningún eco
y duran lo que dura un pensamiento.
Hijo mío, complicado y grande, hijo sencillo,
conmigo te acostumbraste a pensamientos comunes a todos los hombres,
y, a la sombra de estas ideas, esperas la profunda voz del corazón
que en cada persona suena de manera distinta.
Yo soy Madre distinta
y esta plenitud nunca me cansará.
Cuando eres presa de un instante como éste,
no sientes cambio alguno, todo lo mío te aparece sencillo.
Ya sabes, cuando las madres captan en los ojos de sus hijos
el hondo latido del corazón,
también estoy allí, recogida en su misterio.
José Antonio Muñoz Rojas (1909-2009) fundó -con José Antonio Maravall, Leopoldo Panero y José R. Santeiro- Nueva Revista, con la publicación de su primer libro Versos de retorno (1927) entró en contacto con Altolaguirre y Prados, y se granjeó la amistad de muchos poetas del 27, como Vicente Aleixandre. Fue Premio Nacional de Poesía en 1998 por Objetos perdidos, y en 2002 se le concedió el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana por el conjunto de su obra.
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